viernes, 17 de junio de 2011

Planificar el estudio

Planificar el estudio, tiene mucho que ver con distribuir el tiempo, de manera que se cumpla eficientemente con los objetivos planteados. Podemos hacer una comparación del cómo realizamos las actividades habituales con el cómo desarrollamos las actividades académicas y evaluar los resultados que obtenemos para terminar en algunas conclusiones.

Por un lado, las actividades que son habituales las realizamos con mayor eficacia y en el menor tiempo, a diferencia de las actividades desorganizadas que interfieren con otras actividades, desperdiciando  tiempo y esfuerzo, sin permitirnos lograr buenos resultados.
De forma análoga en las actividades académicas hay una diferencia entre las que son organizadas, donde se controla el rendimiento constantemente, generando buenos hábitos de trabajo y aprovechando el tiempo para otras actividades complementarias; frente a las desorganizadas, incumpliendo con algunos trabajos, recurriendo a la memorización, desperdiciando el tiempo y renunciando al tiempo para el ocio.

Frente a esta problemática, ¿qué debemos tener en cuenta para realizar una eficiente y eficaz planificación del tiempo para el estudio, de manera que se administren adecuadamente los recursos con los que disponemos para lograr los objetivos que nos planteamos?. Pues deberíamos comenzar por plantearnos objetivos concretos y próximos en el tiempo, siendo realistas para asegurar el cumplimiento de las actividades, las cuales deben estar adaptadas a las necesidades, lo que implica un costo en esfuerzo y constancia, asegurando regularidad y dejando tiempo para el ocio y el descanzo, tan necesarios. También nos podemos apoyar en los demás, comunicando nuestra agenda y aprendiendo a decir no, a las actividades que nos distraen de nuestros objetivos.

Además de organizar el tiempo, es importante organizar el lugar es estudio, teniendo en cuenta que el lugar sea tranquilo, libre de distracciones, correctamente iluminado y ventilado, esto nos ayudará mucho, aunque la excesiva comodidad nos relaje demasiado. Finalmente es necesario prever el material que vamos a utilizar y tenerlo a la mano para no interrumpir constantemente nuestro trabajo, por eso el lugar de estudio debe ser siempre el mismo.


Referencia:
Fernandez, C. (2001). Aprender a estudiar: cómo resolver las dificultades en el estudio. Madrid: Pirámide.

Serafini, M. T. (1991). Cómo se estudia: la organización del trabajo intelectual. Barcelona: Paidós.

martes, 14 de junio de 2011

La toma de notas

Consiste en la utilización de técnicas como el subrayado, los apuntes, notas al margen y el fichaje, según el tipo de actividad que se realice, como: la audición, la lectura y la observación, para destacar, explicar, advertir o comentar lo que interpretamos o captamos. Es importante para auxiliar a la memoria en el almacenamiento de datos. También favorece la elaboración activa de datos facilitando la comprensión.

Durante la toma de notas nos podemos apoyar en elementos auxiliares como símbolos propios, abreviaturas o algún sistema taquigráfico.







Referencia:

Hernandez, F. (1996). Metodología del estudio: cómo estudiar con rapidez y eficacia. (2a.ed.). Colombia: Mac Graw-Hil

miércoles, 8 de junio de 2011

Desarrollo de la Memoria Comprensiva

La falta de retención de conceptos, es uno de los principales problemas del estudiante de hoy, porque se encuentra frente a una inmensa cantidad de información y no está preparado para afrontar el reto de generar conocimiento eficazmente, a pesar de tener a su disposición diversas herramientas tecnológicas.

Considero que la gravedad del problema esta en relación directa con el grado de dificultad que tenga el estudiante para manejar información, pues a nivel personal se parte de unos objetivos o necesidades de información y luego se deben analizar con qué habilidades cuento para buscar, seleccionar, clasificar, procesar, organizar, sistematizar, almacenar, reutilizar y socializar información.

La definición de las necesidades de información depende de la tarea que se piensa realizar, esta puede ser: saber el significado de una palabra, solucionar un problema, responder un cuestionario, redactar un informe, etc. y a partir de este momento se ponen en juego las habilidades que poseemos para manejar la información necesaria.

Si usamos un buscador debemos tener la habilidad de trasmitirle nuestra necesidad de información para lograr los resultados esperados en el tiempo y con los recursos que disponemos. Si estamos en la biblioteca debemos seguir las recomendaciones de los profesores, fijarnos en las características del documento, como: tipo, año, contenido, soporte, entre otros, además de la experiencia y los conocimientos previos. En ambos casos se pueden complementar las actividades para obtener información adicional como las últimas publicaciones de un autor o para profundizar, realizando lectura comprensiva. La ofimática nos provee de herramientas para poder referenciar la información que preseleccionamos y guardarla para su posterior uso.

Después de ubicar y evaluar las fuentes de información, debo seleccionar la que necesito: En esta etapa es necesario utilizar técnicas para ayudar a distinguir lo importante de lo accesorio y para esto se recomienda subrayar y tomar apuntes. La lectura de las fuentes encontradas debe realizarse de acuerdo a un criterio de clasificación, según los objetivos y necesidades. Es importante organizar los apuntes pues esta información es materia prima para generar el conocimiento.

Hasta ahora nos encontramos con los conceptos además de datos complementarios, como: autores, tipos de fuentes, ubicación, año, editorial, lugar, formato, etc., y es importante el registro adecuado de toda esta información, para esto hay algunas soluciones ofimáticas que nos pueden ayudar a gestionar un proceso de fichaje. Como los conceptos no funcionan solos, sino más bien relacionados, es que podemos utilizar también algún organizador conceptual como un esquema, cuadro sinóptico, mapa mental, cuadro de doble entrada, etc., aunque algunos prefieren redactar directamente el resumen, para poder utilizarlo en el momento en que no tengamos la fuente de información a la mano o simplemente cuando queremos repasar los conceptos extraídos.

Finalmente si queremos relacionar y reutilizar nuestros apuntes, fichas bibliográficas y de resumen, debemos utilizar una base de datos que se adecue a nuestras necesidades. El trabajo hasta este momento desarrollado generalmente en solitario se debe abrir y socializar para que se genere una retroalimentación con la discusión o la participación activa en seminarios y conferencias.

Con todo este proceso se asegura que se pueda tener una memoria comprensiva, de manera que se pueda fijar, retener y evocar conocimiento, además de poderla gestionar de manera digital.



Referencias:

Bernad, J. A. (1995). Estrategias de estudio en la universidad: saca partido de tus capacidades para aprender. Madrid: Síntesis.

Cázares, F. G. (2000). Estrategias cognitivas para una lectura crítica. México: Trillas.

Olcese, A. (2002). Como estudiar con exito: Tecnicas y habitos para aprender mejor. México: Alfaomega.

Quintero, L. (2001). Hábitos de estudio: guía práctica de aprendizaje. México: Trillas.

Taboada, N. P. (1998). Cómo estudiar eficazmente: guía práctica (2a. ed.). Buenos Aires: El Ateneo.

Compartir la edición de documentos online

Desde el 2006 Google lanzó un servicio por el cual en la actualidad podemos subir archivos desde el computador, crear nuevos documentos, hojas de cálculo, presentaciones o dibujos y compartirlos para editarlos desde internet. Este servicio es Google Docs, solo hay que tener una cuenta de Google y comenzar a utilizarlo. Aunque se pueden probar las bondades del servicio, sin tener una cuenta, compartiendo un documento por 24 horas.
Además con Google Docs se pueden utilizar "formularios" para recopilar datos implementando cuestionarios con diferentes tipos de preguntas y todo esto de manera gratuita y sin necesidad de instalar software.

Los animo a probar este servicio y a reflexionar sobre los beneficios para su labor académica.